CONOCE LOS RIESGOS DE ARRANCAR TU EMPRESA SIN REGISTRO DE MARCA.


Miel sobre hojuelas.

Has invertido meses en tu proyecto de negocio y por fin conseguiste la forma de ofrecer ese “algo” que hace que tu producto o servicio sea distinto a la competencia. ( es más rápido, sabe más rico, deja más limpio, te permite ahorrar, es más seguro, más práctico, etc)

Para hacer posible esa cualidad, o exaltarla,  te rompiste la cabeza pensando en el nombre de tu posible marca, conjugando palabras relacionadas con ese beneficio que quieres transmitir a tu público en combinación con tu personalidad o la personalidad de la empresa; hasta que después de varias ideas, por fin te convenciste de cuál sería la marca ideal para tu negocio.

Te emocionas y vas directo con un creativo a pedirle que te haga un concepto de diseño increíble que comprenda el logotipo con el nombre de la marca en letras estilizadas.

Buscas en internet que exista la disponibilidad de nombre de dominio igual al de tu marca y te das cuentas que tienes chance, así que compras para los sitios con terminación .com; .mx y .net , ¡Perfecto! Vas de gane.

En una semana, ya tienes tus tarjetas de presentación, trípticos, folders, hojas membretadas, empaques, etiquetas, recibos de pago, etc.; y con orgullo comienzas a presentarte y repartirlos.

Como tienes algo de presupuesto contratas a un diseñador web para que empiece a hacer el sitio en internet y hasta le pagas un poco más para que empiece a crear las redes sociales, Facebook, twitter, linkedIn y que la haga de community manager.

Para no perder tiempo, le platicas a uno de tus mejores amigos tu maravilloso proyecto, le encanta la idea y lo convences de hacer una sociedad, acuden a una notaría para constituir la empresa bajo la razón social de… (el nombre de tu marca pensada, S.A de C.V).

El notario hace una búsqueda de denominación en la Secretaría de Economía, y consigue la autorización bajo reserva, advirtiéndoles que pueden incurrir en responsabilidad si existe una marca registrada idéntica muy similar a la suya, de acuerdo a la Ley.

Tu estás seguro de que no puede existir otra marca en el mundo tan original, y a tu socio le queda un poco la duda pero deciden seguir bajo la marcha. 

El éxtasis.

Pasa un tiempo, y ya tienen todo listo para arrancar el negocio, mandan a hacer camisas con el diseño de la marca que les da muy buena imagen a los empleados y que incluso servirán para promocionar tu producto/servicio.

Les va bien, comienzan a hacerse de clientes y a ser reconocidos localmente emitiendo facturas con el logo impreso.

En las redes sociales ya hay varios comentarios favorables sobre la marca.

Ya pasaron unos meses y consideran que pueden ampliar su empresa. Los ánimos aumentan.

Tienen en puerta un contrato grande con gente interesada en su negocio y un día se sientan a platicar.

Tienen las respuestas y documentación para cada una de las preguntas que hacen los posibles inversionistas.

Ya están a un paso del éxito comercial a otros niveles, pero de pronto llega una pregunta inesperada sobre un tema que habían pasado por alto:

¿cuentan con el registro de su marca?

¿Mmmm? Se voltean a ver tú y tu socio, se acuerdan que entre los múltiples trámites que han hecho, ese lo habían postergado, así que le piden tiempo a los inversionistas para solicitar la marca y obtener el registro.

Les dan un plazo de 2 semanas.

Salen confiados considerando que es un trámite fácil, después de todo ya cuentan con el dominio y con la razón social de la empresa que lleva el mismo nombre.

Investigan que requisitos necesitan para solicitar su marca y prefieren que un abogado con experiencia en esa área los asesore y les lleve el asunto.

La pesadilla

Al cabo de dos días de contactar al especialista, se enteran que existe una marca registrada fonéticamente idéntica a la que ustedes están utilizando, que protege la comercialización de los mismos productos o que ofrece los mismos servicios que ustedes manejan y que tiene más de 3 años de haber sido registrada.

Tú y tú socio están desconcertados.

Después de una explicación basada en la ley, se enteran que la titularidad sobre el dominio de internet o la razón social de la empresa no garantizan de ninguna manera la exclusividad sobre la marca.

También aprenden que ésta solo se puede obtener mediante el registro otorgado por el (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial) IMPI.

Les hacen saber igualmente que el titular de las marcas registradas, tiene el derecho de solicitar que el negocio de ustedes sea clausurado, o de que su mercancía sea embargada.

Finalmente les advierten, que si hacen caso omiso  pueden tener multas e incluso hasta arresto; además de tener que pagarle al afectado la indemnización por daños que corresponden a más del 40% del precio de sus ganancias por ventas de la marca.

Ahora saben que seguir utilizando esa marca es un riesgo que puede tener consecuencias graves, su negocio va en subida y se está dando a conocer rápidamente, por lo que es muy probable que el dueño de la marca registrada pronto pueda enterarse de su existencia e iniciar un procedimiento legal contra ustedes.

Han perdido mucho dinero, tiempo y esfuerzo en esa propuesta de marca a la cual deben renunciar para evitar problemas.

Ahora nuevamente tendrán que volver a hacer una inversión considerable para posicionar una marca distinta sobre la cual esta vez, si tengan los derechos exclusivos con los que puedan sentirse seguros de comercializar su producto o servicio en el mercado.

Historias tan desafortunadas como esta son bien conocidas en el IMPI y por los abogados que nos dedicamos a esta materia.

Hace falta promover una cultura de previsión marcaria que advierta a quienes inician un negocio, que lo más recomendable es siempre contar con los derechos al uso exclusivo (registro) sobre su marca.

O al menos tenerla solicitada (asegurándose que se tienen altas probabilidades de registro), antes de realizar cualquier estrategia de posicionamiento que implique gastos fuertes.

Existen muchos riesgos más por no tener registrada tu marca como por ejemplo:

  • Que otros pretendan robarla o imitarla en cuanto empieces a tener posibilidades de éxito, y si esto sucede, sería desgastante el tiempo, dinero y esfuerzo que te llevaría iniciar un procedimiento contencioso para conseguir tu derecho sobre ella;
  • Que no tengas el respaldo legal para venderla, u otorgar licencias sobre ella, y mucho menos para franquiciarla, pues es requisito indispensable;
  • Que no puedas cumplir con un requisito para obtener determinados contratos o permisos, etc.

 La ayuda de un profesional con experiencia, te permite conocer las posibilidades de registro de tu marca propuesta mediante un estudio a fondo de antecedentes de registro; y además puede llevarte el trámite para que tú con comodidad te puedas dedicar a atender la dirección de tu empresa.

Si necesitas ayuda para tener claridad, comodidad, y certeza jurídica, en el análisis y obtención de tu registro de marca entra a www.redermark.com y puedes pedir un análisis de viabilidad registro, consultoría jurídica personalizada o que te preparen y presenten el trámite de solicitud, incluyendo todos los servicios mencionados .

Autor: Miguel Arredondo